Luxury&Collections

Durante toda nuestra historia, el bastón ha pasado de ser una herramienta imprescindible del peregrinaje, o largas travesías a pie, a convertirse en un objeto de la clase alta o demostración de gran patrimonio económico. Desde los peregrinos de la edad media hasta la época de oro de estas piezas, los bastones, si bien son considerados símbolo de elegancia, tiene un significado distinto según su momento en el tiempo.

No sólo un complemento.

Desde complemento de vestir, arma blanca y objeto mágico llevado por los magos, hasta ser mejor amigo que un perro, los bastones siempre parten de un abanico de definiciones y posibilidades que, durante miles de años, han determinado el uso y significado de estas piezas.

Un poco de historia.

Utilizados en la historia antigua como objeto de disciplina y orden militar, el bastón vivió su renacimiento y, a la vez, momento cumbre durante el siglo XVI, cuando se convirtió en un objeto de carácter patricio, llevado por los nobles, alta burguesía y familias reales para expresar al pueblo qué lugar ocupaban en la cadena alimenticia y cómo debían referirse a ellos si se los encontraban por la calle.

A partir del descubrimiento de América y, con ello, un mercado totalmente exótico, nuevos tipos de madera fueron importados a Europa, alimentando el ego de la nobleza y provocando un auge insultante en la fabricación y comercialización de esta pieza de vestir negada de toda autoridad. Así, la aristocracia lo bautizó como el objeto de moda por excelencia, dándole un valor que aún respiramos hoy en día.

Esta corriente de pensamiento y comportamiento, provocó la comercialización de Europa con países como Egipto, Países Árabes y China. Todo ello duró hasta finales del siglo XIX, cuando el valor y obsesión por los bastones fue en decadencia. No obstante, hasta ese punto, un fabricante de bastones inglés podía llegar a vender más de medio millón al año.

Bastones, un símbolo de elegancia

Al llegar al siglo XX, el bastón continuó siendo utilizado como un símbolo de las clases adineradas y, aunque los campesinos y gente del campo recuperó, en parte, sus funciones originales, la clase media y baja no podía permitirse los productos más exquisitos, utilizando piezas más sencillas y prácticas.

Los bastones hoy en día.

Si viajamos hasta el presente, los que más disfrutan del concepto del bastón son los alpinistas o cualquiera que quiera escalar una montaña hacia su cima. Es difícil encontrar al típico “montañero” sin uno o más bastones según el terreno o la ejecución del viaje. A parte de esto, los coleccionistas han encontrado un mercado exquisito para satisfacer sus necesidades y adquirir variantes de antaño y otros modelos de precios exagerados pero de gran valor histórico y material.

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