Luxury&Collections

Parker Pen Company, una de las grandes compañías en la fabricación de estilográficas y bolígrafos, es símbolo de la innovación, precisión, fiabilidad y excelencia. Pero tras la historia de las plumas Parker hay también una lección de pasión por el trabajo y apuesta por la innovación y la calidad.

Fue fundada en 1888 en Janesville (Wisconsin)  por George Safford Parker, cansado de reparar las plumas de los estudiantes de telegrafía. Por ello,  empleó todos sus esfuerzos para fabricar una pluma superior. No en vano, siempre decía que “siempre es posible hacer una mejor estilográfica”. De aquí surgieron las plumas Parker, diferenciadoras de la clase social.

En su diseño y elaboración llegaron a participar reputados científicos para procesos tan esenciales como la mejora del flujo de las bolas de carburo de tungsteno de los bolígrafos. De hecho, fueron artífices de muchas patentes derivadas de esa apuesta por la innovación y la cuidada profesionalidad de los encargados de la fabricación de las plumas Parker.

Esta visión de la excelencia en el producto hizo que las plumas Parker fueran utilizadas por ilustres hombres de diferentes épocas. Eisenhower, Conan Doyle, Ronald Reagan y Mikail Gorvachov han utilizado estilográficas Parker. Además, fueron plumas Parker las utilizadas para firmar documentos como los armisticios de la II Guerra Mundial o los tratados de desarme nuclear entre Estados Unidos y la URSS.

Los años dorados de esta compañía se despliegan entre los años 20 y 60 del pasado siglo. La tecnología, como hoy la conocemos en forma de ordenadores y calculadoras, se estaba aún cocinando en los laboratorios de las Universidades. Por tanto, los relojes y las estilográficas eran las tecnologías de uso más común. Las marcas de bolígrafos tenían centros de investigación en donde trabajaban físicos, químicos y matemáticos rodeados de todo tipo de artilugios y cachivaches con el fin de poner en el mercado productos que se situaran unos pasos por delante de la competencia.

Parker contaba con su propio centro situado en Iowa. Era llamado Arrow Park y allí trabajaban decenas de expertos. La compañía Parker contaba con varios diseñadores en plantilla. Detrás de su creatividad están los mejores y exitosos productos de la marca, como la Parker 51, el bolígrafo Jotter creado en 1957 o la Parker.

La compañía fue creciendo, comprando compañías que le hacían la competencia. Pero cuando el bolígrafo empezó a mandar en el mercado, la fabricación de estilográficas mermó considerablemente en su rentabilidad.

Fue en 1993 cuando Parker fue vendida al Grupo Gillette por 285 millones de Libras. Gillette se deshizo de ella en el año 2000 vendiéndosela a una empresa de Atlanta denominada Newell Rubbermaid. Newell se ha dedicado a ir cerrando las, antaño, orgullosas factorías de Parker, trasladando la producción de unos puntos a otros del planeta.

Aunque Parker sigue elaborando plumas, el sentimiento y el alma perviven en las Duofold. Una Parker de esa época, una “vintage”, nunca puede faltar en la colección de un amante de las estilográficas.

Plumas Parker


X